Encontrando piedras preciosas
Cuando hablamos de piedras preciosas siempre pensamos donde buscarlas y luego como encontrarlas, pero todo lo precioso tiene un costo y algunas valen mucho dinero. Toda la Escritura que Dios inspiró es lo más precioso y tiene un valor muy alto, en ella encontramos sabiduría de Dios para vivir bien, fortaleza para los momentos difíciles de la vida, consuelo y esperanza cuando lo necesitemos, confianza para salir victoriosos de la batalla, sanidad para el alma y el cuerpo y salvación para el perdido.
Jesús dijo: “El que busca haya”
Hablando de la sabiduría y la inteligencia el sabio Salomón dijo:
“Si como a la plata la buscares, como a un tesoro escondido…la sabiduría vendrá a tu corazón y el conocimiento te endulzará la vida” Proverbios 2:4,10
El libro de los salmos contiene muchos tesoros como perlas de gran precio, pero hay que buscarlas con la lectura, la meditación y la oración, es decir, tenemos que invertir minutos y hasta horas para buscarlas y encontrarlas.
Examinemos algunos salmos para encontrar esas perlas preciosas.
1. Poner la confianza en el Señor.
“Los que confían en el Señor son como el monte de Sión, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre”. Salmo 125:1
Cuando ponemos nuestra confianza en Dios nuestro creador y sustentador, todo lo que tengamos que hacer en la vida va a tener el sello de garantía, va a ser exitoso, no vamos a dudar que saldrá bien porque el poner nuestra confianza estamos creyendo que Dios nos va a respaldar. Que mejor seguridad para enfrentar todos los retos de esta vida.
2. Sembramos para cosechar
“El que con lágrimas siembra, con regocijo cosecha. El que llorando esparce la semilla, cantando recoge sus gavillas” Salmo 126:5,6
Cuando Dios hizo pacto con Noé después que lo sacó del arca para reiniciar la vida humana, le dijo:
“Mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha…” Génesis 8:22
Esta declaración sigue tan vigente como la vida misma, y aunque muchas veces tenemos que sembrar con lágrimas y dolor esperemos con la esperanza del agricultor que a su tiempo cosecharemos; aquí vale la advertencia del apóstol que dijo: “No nos engañemos, lo que sembramos eso cosechamos, el que siembra para la carne, de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna”. Gálatas 6:7 y 8. Sigamos sembrando para que cosechemos buenos y deliciosos frutos.
3. El Señor está edificando su casa.
“Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles, si el Señor no cuida la Ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.” Salmo 127:1
Dios sigue edificando y nosotros somos los que nos esforzamos construyendo, Él no ve de menos nuestro esfuerzo y nuestra buena intención para edificar algo bueno y bonito, pero Dios es quien tiene los planos y sabe que casa quiere edificar.
Nuestro hogar es una casa que tiene que honrar el nombre del Señor, no solo es para que estemos muy cómodos y descansemos, sino para que refleje al mundo la gloria de Dios.
Todo empieza por los padres, hay una bendición para el que llena la aljaba que guarda las flechas. La esposa es como la vid llena de uvas y los hijos son herencia de Jehová y cómo los vástagos de olivo. Salmo 127:3 y 4
“Tal es la bendición de los que temen al Señor” Salmo 128:1,4